Nuestro demandante compró una motocicleta a través de una de las plataformas de internet dedicadas a la compraventa de productos de segunda mano más usadas en estos tiempos, Wallapop.
Con tan solo un par de semanas de uso, el vehículo dejó de funcionar correctamente, teniendo que ser trasladado a un taller especializado en el que apreciaron numerosas averías que lo hacían inservible para circular, ascendiendo el coste total de la reparación a una cantidad de dinero superior a la pagada por la propia moto.
Dado que efectivamente dichos defectos eran anteriores a la compra, y estos se camuflaron durante la misma, y tras un fallido intento de resolución amistosa con la parte contraria, se procedió a interponer demanda ejercitando la acción redhibitoria por vicios ocultos.
Finalmente, el Juzgado ha dictado sentencia estimatoria a nuestro favor y declarado la resolución del contrato de compraventa.
Así, el vendedor está obligado a reembolsar a nuestro cliente el precio pagado efectivamente en el momento de la compra, así como el resto de gastos ocasionados por los perjuicios sufridos, a cambio de la devolución de la motocicleta.