La inversión en vehículos eléctricos o híbridos puede suponer, en algunos casos, un desembolso superior al derivado de la adquisición de esos mismos vehículos con motor de combustión. Sin embargo, en contrapartida, se obtienen ahorros futuros por el menor consumo y por la mejor fiscalidad de estos vehículos:
- El tipo de gravamen del Impuesto de Matriculación se reduce progresivamente en función de las emisiones de CO2 del vehículo.
- Los ayuntamientos también suelen fijar bonificaciones en la cuota del Impuesto de Circulación de los vehículos eficientes.
- En el caso de las empresas que ceden vehículos a sus trabajadores, si éstos son energéticamente eficientes, se reduce la retribución en especie imputable en el IRPF de dichos trabajadores por utilizar los vehículos para fines particulares.
Conviene, por tanto, hacer cálculos y tomar la decisión más acertada.
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